Es común que al llegar a su cita de tattoo o al conocerme en persona, muchas personas (sobre todo chavas) me hagan el comentario de que cuando escucharon o leyeron el apodo «Anthrax» se imaginaron un tipo gordo, barbón, tatuado, rudo, con rastas y mal encarado (jaja). En efecto, la palabra tiene comúnmente una connotación negativa, ya que es la enfermedad provocada por la bacteria Bacillus Anthracis. ¿Y por qué demonios habría de elegir el nombre de una enfermedad para darme a conocer como ilustrador? Mi apodo es de hecho mi marca y es anterior a que fuera tatuador. Si estás en tu cel, cómprate unas papas y un refresco porque voy a platicarte brevemente el origen de mi apodo.
No hablaremos de la bacteria, ni de la enfermedad, para eso tienes a la mano a wikipedia, sino del motivo por el cual uso la palabra Anthrax como marca y apodo. Fue en el año 2001 cuando se suscitaron los terribles hechos, por todos conocidos, donde fueron destruidas las torres gemelas en Nueva York, llevándose de corbata la vida de muchas personas y causando un impacto grandísimo en todo el mundo. Este acontecimiento, visto como un acto terrorista, fue el previo para dar inicio a la guerra en oriente. El efecto, hablando de los medios de comunicación, ocurrió entonces un bombardeo de noticias sobre una posible tercer guerra mundial; el pánico cundió por la población, sobre todo en Estados Unidos, donde las personas realizaron compras express y se preparaban con despensas, armas y otras tantos víveres y utensilios para una inminente invasión. Por el miedo a una guerra biológica, muchos compraron incluso máscaras anti gas y bunkers.
Cuando sucedió todo esto yo era un mozalbete que cursaba la secundaria, pero ya diseñaba en la computadora y dibujaba; de hecho ya tenía la idea de comenzar una marca para promocionarme a mí mismo como creativo gráfico. Cuando vi todo el fenómeno mediático que se dio por los atentados (y aquí va una opinión muy, muy personal) me di cuenta que había un trasfondo político y que más allá de la realidad que se percibiera -ósea el hecho de que estallaría una guerra- me percaté que las personas entraron en pánico más por la información que recibían, que por los hechos; además que todo mundo aceptaba lo que los medios les mostraban como una verdad absoluta, sin generar un criterio propio. Dentro de todo ese ruido, sucedió que a ciertos funcionarios de E.U.A. les comenzaron a llegar cartas que contenían un polvo misterioso, el cual se dijo eran esporas de Anthrax.
Dentro de todo el espectáculo mediático me llamaron la atención la palabra Anthrax y la máscara antigas. Para mí, todo el «show» que se dio debido a los actos terroristas fue muy similar al efecto que tiene la publicidad en las personas, por que siendo claros, la publicidad y el diseño buscan generar emociones en la gente y dirigir de algún modo su atención, para influir en ellos y su comportamiento. Como pensaba estudiar diseño gráfico (carrera que si cursé) tomé la palabra Anthrax y la máscara antigas como símbolos, lo cual al final del día viene siendo una referencia; donde comparo el efecto de los medios de comunicación sobre la psique de las personas y el diseño gráfico, como una manera de utilizar lo visual para generar reacciones en la gente. Otra razón por la que use la máscara antigas, es por un personaje de un videojuego -el cual me gusta mucho- cuyo nombre es Psycho Mantis y pertenece al juego Metal Gear Solid de PSONE.
En pocas palabras «Anthrax» es un recordatorio de que debemos estar atentos y no creer todo lo que vemos, sólo porque se nos dice en los medios o porque sea la verdad mostrada. Siempre hay que formarnos un criterio propio de las cosas. México ha sido un país excepcionalmente propenso para el tipo de montajes que he comentado, evidencia es que, con un simple «Chupacabras» tuvieron a la gente distraída mucho tiempo y podría dar más ejemplos, pero este no es el espacio para ello.
Muchas veces me preguntan por mi nombre real, el cual es Joaquín, porque (así dicen) desean conocer al verdadero yo. Claro es, que tanto mi apodo como ni nombre son meras palabras nominativas, por lo cual dificilmente me conocerán sólo por emplearlas. Entiendo que la palabra Anthrax sea fuerte y que a muchos les genere incomodidad, pero es parte del concepto; el arte siempre va sacudir mentes y corazones. Yo me doy a conocer mejor por este tipo de cosas que escribo y por mi trabajo como creativo, el cual puede decir mucho para quien quiera buscar, y es que para mi, «Anthrax» es, además de una marca y apodo, una manera de transmitir -por lo menos en ilustraciones propias- una filosofía, un mensaje. En este sentido siempre, como dijo el guasón de Nolan, lo importante es enviar un mensaje.
En esta imagen se pude ver la evolución de mis logotipos. Honestamente el primero, el de 2001, duró muy poco. El último y el que uso a la fecha de esta entrada es el del triángulo con el fénix, que puedes ver en mi sitio web y en mis redes sociales. También integré -aparte de los personajes que he diseñado para mi marca en los últimos años- un arlequín, que ya varios de mis clientes conocen: el Arlequín Cósmico.
El uso de la máscara antigas ya no es tan recurrente en mi persona, pues a nivel personal he comprendido y resuelto muchas ideas que tenía, sin embargo aún la presento, porque sigue siendo un símbolo fuerte, contra los sistemas… esperen, no soy punk ¿ok? jaja.
En entradas futuras hablaré más sobre PROYECTO 8:32 que fue cuando comencé a utilizar la cifra 8:32, por el cual también me preguntan mucho mis clientes. También es posible actualice esta entrada, ya que hay archivos que quisiera mostrarles pero aún no encuentro en mis respaldos.
Sea Joaquín o Anthrax, el creador es el mismo, soy YO.
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