¿Funciona el gel antibacterial?

Es cierto que a través del tiempo el hombre diseña y renueva herramientas para solucionar problemas y poder satisfacer necesidades básicas para nuestra supervivencia.

Desde el hombre primitivo y las lanzas para la caza, En materias de seguridad y la invención de las armas de fuego; en la agricultura desde los molinos hasta las siembras en masas a través de los productos transgénicos, el hombre moderno actualmente a incursionado y desarrollado cosas increíbles en todos los campos posibles.

Sin embargo para que estas invenciones puedan ser funcionales debemos entender la naturaleza del problema.

En el campo de la salud este concepto se entiende muy bien.
Los profesionales saben los procesos por los cuales las enfermedades actúan y su intervención a nivel farmacológico, dietético o terapéutico intervienen en alguna de estas fases.
Por ejemplo en casos de una gastritis el estómago produce cantidades grandes de HCl y este mismo comienza a lastimar las mucosas gástricas a la larga esto produce úlceras o llagas en las cuales la persona que sufra éstas tendrá complicaciones.
El medico combate esto con medicamentos que regulan estas concentraciones anormales de acidez y con ello se regula este proceso.
Algo sencillo de ver y entender pero ¿Esto qué tiene que ver con los geles antibacteriales y la demanda colectiva tan grande?

Comprender las características y comportamientos de los virus y bacterias es fundamental para saber a que nivel inclusive la información que se nos hace llegar (oficial y extraoficial) puede ser funcional o no.

Debido a las recomendaciones más sólidas como el lavado de manos, hemos implementado herramientas que actualmente han apoyado a esta área de la salud como lo es el gel antibacterial.

Sin embargo, la histeria colectiva de las masas ( y a veces sin fundamentos válidos) nos orilla a generar creencias que están fuera de la realidad.
Y no… no hablo de papel higiénico.

El uso del gel antibacterial es usado únicamente con el propósito de “eliminar” las colonias de bacterias que puedan haber en algún lugar.
Pero más allá de lo que mercadológicamente te hagan entender por eliminar, la palabra fundamental es que esta medida de higiene es para un solo objetivo: Bacterias.

Y sin profundizar tanto sobre todas las características de éstas, debemos comprender que las bacterias en sus generalidades son una forma de vida que se reproduce, alimenta y vive.
Estas mismas suelen vivir en el espacio extracelular (fuera de la célula) y el sistema inmune las reconoce de inmediato, respondiendo con la produccion de macrofacos y linfocitos (globulos blancos) para poder combatir a la bacteria.
Una de las herramientas sanitaria para ello y que han sido un boom en esta contingencia son los geles.

Ideados para combatir a éstas mismas a través del alcohol, ha ido en incremento su uso, pero estudiandolo a fondo podremos darnos cuenta que no funcionan para la contingencia actual.

En cuestiones del gel, su ingrediente activo el alcohol etílico. Actua como un inhibidor bacteriano, para su reproducción y podriamos decir , que quedan estaticas hasta esa aplicacion.
Sin embargo podría variar mucho que garantía higiénica exista, no por el producto, si no por el ambiente en la cual una persona podría estar sometida.
En pocas palabras, este complemento no sustituye a un correcto lavado de manos con jabón.
De nada te serviría tomar y hacer un lavado de gel si constantemente estás expuesto a objetos contaminados, como barandales de mano en espacios públicos.

Y ¿qué pasa con los virus?
Otro escenario totalmente.
Los virus a diferencia de las bacterias no viven en el medio extra celular.
Estos para vivir necesitan a un huésped para poder sobrevivir (una célula sana). Y por ello es más difícil que nuestro sistema inmune los detecte.

A esta dificultad, al virus le garantiza una mejor incubación y reproducción y sólo a mediano-largo plazo (cuando no existen medidas preventivas de detección, ósea, antes de manifestar síntomas por medio de pruebas) es cuando el sistema inmune produce anticuerpos específicos para combatir al virus y con ello comienza el proceso de enfermedad. (O a veces cuando se detecta la evolución del virus tardíamente, los efectos adversos en tejidos ya fueron graves).

¿Que podemos rescatar de esto?
Que comparar una bacteria y un virus es como querer comparar un perro con una pulga.
Por ello, no todas las medidas de prevención se ajustan a esta contingencia, la cual es de carácter VIRAL, no bacteriano.

Esto nos pone en otro escenario, debido a que no es una infección estomacal a la que la humanidad está enfrentando, si no, a otro tipo de afectación más complicada.
¿Entonces qué pasa con mi gel?
Nada tan funcional, realmente.
Quizá pueda dar un apoyo mental/psicológico al usuario, pero el virus es más resistente a este tipo de herramientas sanitizantes, sin mencionar, que el medio de infección son los fluidos por nosotros mismos.

¿A qué problema adicional nos enfrentamos?
Desgraciadamente la población Mexicana mayormente somos comerciantes. Debido a las medidas tomadas para preservar la salud pública, el resguardo es fundamental. Es sencillo; con el dengue el medio de transmisor son los mosquitos, pero con este nuevo COVID19 somos nosotros mismos el medio ( o vector) de infección.

En el cese de labores y sin garantías laborales, además de un notable espíritu emprendedor-oportunista, nuestra población se somete a la supervivencia adaptándose a la demanda de la histeria colectiva: Gel antibacterial.

Y en un principio encontramos presentaciones «artesanales» decentes. Sin embargo el mismo desabasto y la misma urgencia de dinero,ventas,sustento y demás, a orillado a la población a fabricar geles caseros, sin el mínimo conocimiento aunque sea de los ingredientes.
Según datos de la OMS la mejor concentración en un gel sería a un 60% Alcohol y sin embargo en la calle están vendiéndose hasta en 90% alcohol.
Sin entrar en detalle en los propósitos de estos nuevos comerciantes de temporada y sin entrar en detalle en los lineamientos éticos, morales y químicos que debería de tener un producto, estamos sometidos a la histeria colectiva y a la oferta-demanda que nace, a mi punto de vista, de la nada.

A nivel fisiológico, el alcohol inhibe el crecimiento bacteriano (no viral) en la superficie que se usa y con ello ir eliminando una posible colonia de bacterias. Cuando un gel tiene una concentración de mayormente alcohol, la bacteria recibe un impacto por parte de este ingrediente pero solo a nivel de una deshidratación de su membrana celular (capa que cubre a una bacteria) pero sin la garantía que la elimine o «mate», quizá solo petrifique.
También se ha visto que en esta demanda y baja de insumos la gente utiliza inclusive agua de garrafón como vehículo de mezcla y químicamente eso es erróneo.

Lo último que me queda por agregar, es que entre más informados estemos, mayores herramientas vamos a tener contra esta contingencia y por consecuente con nuestro cuidado.
A mi punto de vista nos hace más daño las personas oportunistas, la histeria colectiva, las cadenas de desinformación (curiosamente le creen más a una persona que hace videos random que solamente crean pánico, que a los verdaderos académicos que se estan enfrentando a la situación actualmente). En fín. Nuestra responsabilidad es estar alertas y tener el sentido de responsabilidad a nuestro círculo social y familiar..
Porque faltaría revisar el uso de cubrebocas y demás que también se tergiversó es otro tema.

Por Adán Macías Grijalva.