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¿Con truco o sin truco?

Por: admin 28/12/2020

Mi publicación lejos de ser un fomento al hate o a la grilla entre tatuadores, consiste en el análisis -muy chiquito- de un fenómeno que a final de cuentas termina siendo un engaño hacia el consumidor, en este caso el cliente del tatuaje. La idea es que simplemente tomen consciencia de que todo efecto digital aplicado con la intención de retocar la fotografía de un tattoo puede no mostrar el resultado final real.
Sin mucho preambulo iré al punto concreto; la exageración al momento de editar fotografías de tatuaje.
Editar fotografías de tattoos para que se vean bien es algo que considero válido, pero siguiendo ciertos criterios, los cuales en resumidas cuentas son: mejorar aspectos de la imagen, que debido a las condiciones de la luz al momento de tomar la foto o por la calidad de la cámara no fueron posible mantener en la captura original. Osea retoques sencillos, que mejoren la percepción de la pieza pero conserven el tattoo en su aspecto natural, cercano a como luciría visto en persona.

Por ser más específico, el primero -y no el único- de los retoques que yo considero exagerados al subir fotografías de tatuajes es el uso de filtros. Claro está que un filtro siempre es válido cuando la intención en la fotografía es dar un sentido emotivo, sea cual sea. Pero muchos de los filtros empleados se aplican para dar al tatuaje una sensación de solidez y pigmentación mayor de la que realmente tiene y aparentar que así lucen naturalmente. Esto tiene como punto positivo para el tatuador el hecho de que tendrá clientes y mayor impacto, pero en su lado negativo está la desilusión del consumidor al comprobar que el tatuaje no conservará esa apariencia cuando sane. Es tema de otra entrada, pero brevemente diré que un tattoo nunca se verá igual después que sane completamente a como lucía al momento de ser realizado, muchos factores implicados como para nombrarlos en este espacio.

Para dar un ejemplo de lo que estoy comentando utilizaré dos imágenes de un tatuaje hecho por mi; en una la foto original sin ediciones y en otro la fotografía editada con un filtro.

Esta primer imagen fue tomada con una cámara DSLR, con las condiciones de luz natural que había en ese momento y esperando aproximadamente 20 minutos después de haberlo terminado, para que aparezca con menos inflamación y enrojecimiento.

Esta segunda imagen es la misma de antes pero editada en Photoshop, configurando ciertos niveles en el formato RAW y aplicando una coloración sepia. ¿Se ve chingón no? pues claro, si todas mis fotos las subiera así… pero prefiero no engañar a las personas, prefiero se den una idea más cercana a la realidad de como lucirá su tattoo después de 3 meses de que haya sanado.

Esta entrada del blog está motivada por las innumerables ocasiones en que mis clientes me muestran fotografías de tattoos de pinterest o de instagram (o de otros tatuadores) donde aparecen tatuajes con filtros que los hacen ver increíbles pero que al final de cuentas son irreales, pues la gente NO va andar por la vida siendo observada bajo el ojos de un filtro. Cito algunos; los tatuajes blancos (que al sanar parecen cicatrices) los mini-tattoos (cuya línea se va expandir eventualmente) los tattoos de flores (donde la piel de las modelos siempre es perfecta porcelana) y así podría seguir, pero creo que ya dejé claro mi punto.

La mercadotecnia es chida, yo hago la mía a mi manera y quizás debería usar el TRUCO en mis fotos, pero ¡hey! tranquilos, aunque no les ponga filtro tengan la seguridad que los reales se van a ver bien cuando los luzcan por la vida, por que están bien hechos.

 

 

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